miércoles, julio 19, 2006

Y si saliste desencantado del Colegio...?

Bueno, antes de que me critiquen “barato” (por decir lo menos), les puedo decir que estoy nueva y totalmente encantado con el Colegio, y que nunca he dejado de sentirme Ignaciano. Y a pesar de que es esto último lo que cuenta, vale la pena reflexionar sobre el Colegio…

Ahora al grano, más de un par de ustedes me había preguntado porqué no publicaba mi historia, y entre una y otra cosa pasaron los días… la verdad, no me animaba a escribirla a no ser que tuviera mi “tema” con el Colegio incorporado…

El Colegio te marca, pero algunas de esas marcas pueden no ser tan buenas o positivas… qué tipo de marca creen que produce estar condicional todos los años que pasaste en el Colegio? No voy a eludir responsabilidades… hacía tonteras? hacía muchas; me portaba mal? me portaba bastante mal; peleaba más de la cuenta? sí, parece que sí (!); la lista la pueden completar ustedes… a estas alturas, no creo que me lleguen más “anotaciones en la libreta”… pero la pregunta que me quedó a mí dando vuelta por mucho tiempo es “por qué nunca fui expulsado, finalmente?”. Sólo porque era una buena carta para entrar a la universidad…? Qué lata pensar eso…

Cuántos castigos me comí durante mi estadía en el Colegio…? Nos habremos acompañado con muchos de ustedes en algunos de ellos… pero hubo algunos desproporcionados… cuántos de ustedes sabían que a mí no me dejaron ir a ‘Trabajos de Verano’? Seguro pueden contestar mejor que yo todo lo que trasmite el Colegio respecto de los ‘Trabajos’, y ese tipo de actividades extracurriculares… me lo comí, también. Pero no se olvidó, por un buen tiempo.

Salí del Colegio “a las patadas”, desencantado… por éstas y otras razones que prefiero no recordar… no de ser ignaciano, por cierto que no, ni siquiera de los Jesuitas, pero sí del Colegio.

Entré a la Católica, a Ingeniería Civil Industrial, con varios de ustedes… y la cosa “mejoró”… en la universidad son todos iguales… los profesores no tienen siempre la razón (!) y encontré varios nuevos amigos… incluidos algunos de ustedes…..

Y estudié, y lo pasé la raja en la universidad, y también trabajé, y fui ayudante, y vendedor de calculadoras, y no recuerdo qué más….

En la universidad conocí a la mujer que hoy es mi señora. A punta de ayudarla con sus tareas la convencí de que era buen partido…… no me fue tan mal…….

Y en eso estaba cuando el Tucán Hernández me llamó para que fuera ‘Monitor’ de ‘Trabajos de Fábrica’ para 3º Medio… y obviamente acepté…. hasta monitor de confirmación para la parroquia de Maipú fui esos años……

Se pasó volando ese tiempo… muy bueno, por cierto, muy bueno!

Y me puse a hacerle clases de computación a un gerente de Copec. Y cuando egresé de Ingeniería me contrató como Analista Financiero… me casé a los pocos meses, en Octubre de 1997. Y bendijo nuestro matrimonio el Padre Montes. Y todavía me arrepiento de no haberme despedido de él con un abrazo, como correspondía; sólo le di las gracias…Y trabajé muchos meses en las noches y los fines de semana para sacar mi memoria de título, que por cierto, si no hubiera sido por la Paula, nunca habría entregado….. así me titulé, a principios del ’98.

El último día de ese 1998 nació la Virginia, a las 8:34 AM. Y la vida cambió. Para siempre. Ser padre es lo mejor que me ha pasado!



Y a mediados de ese año armé una pequeña empresa de computación… de noche y los fines de semana la hicimos funcionar; la Paula toda la distribución y papeleos varios; yo, ventas y soporte técnico… Y nos fue bien!

El año 2000 fue nuestro encuentro de 10 años de salidos del Colegio… y el recuerdo que tengo de él no es bueno. No tanto por los seguramente merecidos “awards” que me llevé a la casa, si no que porque sí recuerdo que algunos compañeros no fueron sólo por el hecho de haber sido nominados a tal o cual “pica de oro”. Hay algunos a los que el “cuero de chancho” nunca se les desarrolló… Y es verdad que nos cagamos de la risa, pero siempre quedé con un recuerdo un poco amargo, de que nos habíamos juntado a puro reírnos de los demás… otro poco! Mi castigo por haberlo hecho tanto años durante el Colegio? Tal vez.

En es tiempo decidí irme a estudiar fuera… y partí tomando clases de inglés… que no fueron para nada efectivas…… y terminé haciendo un curso de cinco semanas en Berkeley, que menos mal sirvió.

Y el 2001 hicimos las maletas, y partimos a Ithaca, un pueblito al noroeste de Nueva York, a unos 350 kilómetros de Manhattan. Un MBA en Cornell University, por dos años. Llegamos a un departamento “pelado” – literalmente. La tarea de armarlo fue muy entretenida… aunque resistimos durmiendo en el suelo sólo un par de días…



Llevábamos muy poco tiempo ahí cuando fue el atentado a las Torres Gemelas. Y ver cómo sufrieron los gringos fue súper fuerte… ir a Nueva York esos meses después del atentado es algo que no se te olvida fácilmente.

Y estudié, y hasta ayudante de ‘Financial Modeling’ un “quarter” fui… trabajé el verano (junio-agosto) del 2002 en Houston, para una empresa de ingeniería. Nos fuimos en auto desde el norte del estado de Nueva York, hasta el centro-sur de Texas (seguro alguno vio la película “Road Trip”); más de 2.500 kilómetros, en lo que fue uno de los viajes más entretenidos que hemos hecho… echamos la casa, bueno, el depto arriba de la van, y partimos.



Con mucha suerte, estos gringos querían abrir una oficina de representación en Chile, y ésa fue una de las pegas que me tocó hacer… de los dos meses y medio de “internship”, pasamos 10 días en Santiago… nada mal, eh?



A la vuelta pasamos por la Clínica Mayo en Jacksonville, Florida, a curarme de algunos males (!), y estuvimos ahí tres días. Seguimos al norte, y después de un par de paradas estábamos de vuelta en Ithaca para lo que sería nuestro último año en Cornell.

El 2 de enero del 2003 nació la Beatriz, a las 2:15 AM. Y pasamos unos sustos enormes porque los gringos son a veces exagerados… menos mal fue sólo un susto!



Volvimos a Chile en junio del 2003, dejando atrás muy buenos amigos… menos mal las comunicaciones hoy día son lo que son! Yo entré a trabajar al Banco de Chile, donde sigo hasta hoy día, y la Paula entró a Unilever. El aterrizaje en Santiago fue mucho más forzoso que lo que había sido llegar a EE.UU. con una mano por delante y la otra por detrás… parece que nos habíamos acostumbrado demasiado a la vida gringa; a la vida de familia como núcleo único, sin parientes hacia arriba o el lado… pero nos hemos acostumbrado… Y volvimos porque los dos estamos convencidos de que estamos en una posición privilegiada para aportar – aunque sea con un pequeño grano de arena – al desarrollo de nuestro país.

Con la entrada al colegio en Marzo del año siguiente vino mi primer reencuentro con el Colegio. Estuve con un par de ustedes que eran, a partir de esa fecha, apoderados del Colegio… los hijos de mis amigos entraban al San Ignacio…! Y me dio envidia, y fue súper bueno… fue bueno verlos tan contentos, y tan Ignacianos! Siempre había dicho, mitad en serio, mitad en broma, que Dios me había premiado enviándome sólo hijas mujeres – por lo conflictivo que sería ser aceptado en el San Ignacio – nunca fue tan palpable y evidente la “mitad en serio”.

En Agosto nació la última de las Orchard Ruiz, la María Elisa, el 26 de agosto a las 4:10 AM.



A esa altura del año ya estaba metido en la organización del CEO Summit – el encuentro de empresarios que se hizo junto con el APEC a fines de 2004. A los que creen que la organización de eventos es algo light (me sumaba), que no se equivoquen… puede ser “algo” demandante. Si no, pregúntele a mi señora. Terminé con todo a principios del 2005, y volví al Banco…

Y en ese mismo tiempo pasó otra cosa que me acercó un poco más al Colegio. Una tía mía, joven, muy cercana a la Paula y a mí, quería cambiar a sus hijos de colegio al San Ignacio… y yo viví con ella todo el proceso de postulación… un poco como testigo, y otro poco como motivador en busca del cambio….. cuando fueron aceptados me alegré tanto, tanto….. estaba cerca de mi reconciliación completa con el Colegio… la que llegó después, una vez que estos primos ya eran alumnos regulares… sólo escucharlos trasmitir del Colegio, y cómo al corto tiempo ya eran unos completos ignacianos, me tocó el corazón. Y por cierto que la “mitad en broma” pasó a ser la mitad de la mitad…

Así que cuando me pidieron que ayudara promocionando el Cincuentenario, acepté encantado… y espero que más de alguno haya recibido mis correos pidiendo que se inscribieran en la página del Colegio… y que se inscriban!!

Finalmente, en uno de esos ir y venir apareció el Guillo, y el resto es para ustedes historia conocida.

7 Comments:

At 2:11 a. m., Blogger José Miguel said...

Que buena historia....
Larga pero "de pelos".
saludos.

 
At 9:59 a. m., Blogger Carlos Verdugo V. said...

Buena historia Matías, como dice el rata,gracias pr compartirla con nosotros, rescato los "mea culpa" que hacen poder ver con más claridad el futuro.

¿Cómo sabes si por ahí queda un Matías chico por meter al colegio en el futuro?

salu2

Carlos

 
At 3:29 p. m., Blogger Artemio Espinosa Mc said...

Que fuerte, Matías, no conocía ese lado tuyo en el colegio. Gracias por compartirlo.

Lo que no comparto contigo es que hubieras salido del colegio (o te hubieran sacado) porque eras buen partido universitario... ¿crees que al colegio le importa eso?
¿qué me queda a mi? ¿porqué salí yo entonces si mi promedio no superaba el 4.8 y tenía mala conducta?...
no, creo que saliste porque veín algo más en ti... ¿no te llamó el tucán para trabajos de inviertno un tiempo después? ¿como llamas a eso? ¿será que el tucán te salvó también a ti?...
¿Y qué me dices de tu familia? tu padre y tu madre participaron durante años en las comunidades de papás y estaban comprometidos en el colegio. Eso también se valora.

Que bueno que te hayas reconciliado hoy por hoy con el colegio, me alegra mucho. Existen errores en él y muchos, sin duda, pero creo que al final las cuentas son azules.

Un abrazo y gracias por compartir tu historia... nos acerca más y, como dice el Chalo, me hace quererlos más a todos, sin duda.

Artemioartemiomc

 
At 4:27 p. m., Anonymous Anónimo said...

Bueno, debo reconocer que por muchos años estuve equivocado pensando que era prácticamente imposible tener recelos contra el colegio y por ello me sentí mal mucho tiempo por tenerlos pero después de leer todas estas experiencias me doy cuenta que no era ningún bicho raro solitario......en fin, yo siempre desde el kinder gatito me he sentido profundamente ignaciano, con la camiseta puesta al 1.000 %, siendo seleccionado de atletismo inclusive (no de los mejores, pero seleccionado al fin y al cabo) pero llegó el día , mientras cursaba primero medio en que la rectoría me invitó ha abandonar el colegio dado que tuve que repetir de curso y eso no se permitía en el colegio...ustedes podrán comprender como me sentí y sobre todo después ver que algunos repetían y permanecían en el colegio (nada contra ellos), la rectoría de esos años (no daré nombres pero podrán concluir cual era) me ofreció salir por un año y volver con promedio al menos de 6, así mi cupo estaba asegurado...........me sentía como un exiliado fuera del colegio por lo que me presente al sgte. año con un 6.2 frente a la misma rectoría y lo sucedido no fue lo esperado.... “sorry, debes dar exámenes de admisión pero tu antecedente no te favorece” todo esto una semana antes de los exámenes.......por supuesto no quedé y no me quisieron mostrar mis exámenes ya que nunca les creí los resultados que me dieron. Tristemente me tuve que conformar, pasaron los años y la pena se disipaba ya que la cercanía seguía mediante los amigos. Finalmente, cuando pensaba que esta etapa amarga era asunto del pasado, paf!!!! Tercer cachuchazo, pero en las bolas!! El 2004 postulé a mi hijo (Franco) Y QUE CREEN.....no lo aceptaron por dos razones:

1.- No entraba en el cupo de los hijos de exalumnos por que yo no egresé en cuarto medio.......pregunto, cuantos ingresaron en media al colegio y si son exalumnos??? Y yo que tengo toda la “formación ignaciana” no los soy??
2.- ....y por estar separado.....que pecado no!!

Cuento corto, hoy mi hijo es alumno del Universitario Inglés...... para los que no saben desde hace unos años es mixto....

a pesar de todo sigo queriendo mucho al colegio por todo lo aprendido y recibido de él, pero los sentimientos encontrados están.

Un abrazo,

Nota: Sigo pensando que el colegio es uno de los mejores de chile, solo le falta el inglés para ser el mejor!!!

Franco

 
At 11:02 p. m., Blogger peterself said...

Hola Matias,

es curioso que coincidamos en este tema, ya que de alguna forma mis recelos a mi etapa escolar vienen de algunas actitudes que tu y otros tenian respecto de los demas. Me alegro de ver que eso a mejorado y que la experiencia de tu vida te tenga en un lugar feliz. Hay muchos compa~neros a los cuales se les hizo la vida imposible y muchas de sus dificultades sociales tienen aquellas huellas.

Ciertamente el colegio tiene bastantes imperfecciones. La discriminacion que a veces hacen respecto de papas separados o no catolicos es entendible en las demas congregaciones pero no en la jesuita, o el simple pero tan tremendamente importante hecho de que no sea mixto.

De hecho, esto ultimo es el gran factor que me hace dudar de lo que haria con mis hijos (pero bueno, la vida aun no me pone en esa disyuntiva).

Personalmente le debo muchisimo al colegio, mis valores, la preocupacion por los demas (que siempre podria ser mayor) y una lista enorme de cosas, todo lo cual me hace sentirme un ignaciano, pero aprender del resto nunca es malo, en la U conoci el mundo laico y es tan impresionante y valioso como el que vi en el colegio.

Tambien recuerdo al Tucan, que como profesor de Castellano era... bueno que se le va hacer, pero es increible como conocia a las personas y sabia ver la verdadera naturaleza de uno.

bueno muchos saludos Matias y ojala nos veamos por ahi.

 
At 11:32 p. m., Blogger Maxatl said...

Al conocer ahora mas viejo estas historias no tan felices de compañeros con el colegio, me miro a mi mismo y verdaderamente encuentro sentimientos encontrados, difícilmente reconciliables. Encontrarme con el Chalo, el Tafo, conocer las historias de Gonzalo Pacheco o de Matías, o incluso la de Franco, que es la que menos conocía, me ha hecho cuestionarme mucho algo que en cierto modo tenía internalizado pero sobre lo que nunca había reflexionado.
Mi paso por el colegio no fue tan de miel sobre hojuelas (estuve condicional algunos años, y con algunos problemas de conducta –principalmente malinterpretados por mi queridísimo Goyo Donoso), sin embargo, siento que mi actitud durante el colegio y en los años siguientes a egresar fue, por decir lo menos, eminentemente displicente. Debo decir, con vergüenza, que muchos compañeros que no llegaban un año en Marzo, porque habían sido expulsados, para mi simplemente dejaban de estar, sin cuestionarme qué había pasado, o por qué no estaban más entre nosotros. En cierto modo, siento que mi relación con el colegio fue siempre periférica. Me habría encantado estar más en las instancias de participación, como el Centro de Alumnos, o comités organizadores de tanta huevada que se hacía, pero a las que yo siempre iba como espectador. Me doy cuenta de esto hoy cuando veo todas las cosas que otros hacían, y cómo establecieron verdaderas amistades transversales entre toda la generación.
Difícilmente podría decir que tuve problemas serios con alguno, y sinceramente siento a todos o a casi todos como verdaderos amigos, incluso a aquellos que no veo desde el 90, o antes, como el Chalo Prieto o el Tafo. Para mi ha sido un verdadero descubrimiento.
Me gusta leer posteos como el de Matías, y los comentarios que recibe, porque creo que la más sincera reflexión que el colegio puede generar en nosotros hoy es mucho más válida cuando cuenta con críticas y cuestionamientos. Ellos demuestran cuál es la relación que muchos (incluso los que no tendrían por qué) tiene con el colegio, porque lo que se quiere, se critica; lo que no, simplemente se deja pasar.
Como decía antes, no tengo una historia de conflictos con el colegio. Sin embargo, esa misma falta de “roces” es lo que hoy me pasa la cuenta y me hace ver, con algo del “desencanto” de Matías, cuán distinto podría haber sido mi paso por ahí, si las marcas que el colegio dejó no hubieran sido sólo rasguños (olvidados rápidamente), sino algo más parecido a cicatrices.
Es extraña la naturaleza de mi “historia difícil” con el colegio, pero la tengo. Peor sería que ni eso tuviera.

 
At 12:46 p. m., Blogger MO said...

Muchas gracias a todos por sus palabras... me costó animarme a escribir el artículo, y más aún publicarlo, pero creo que finalmente valió la pena hacerlo.

Seguramente hay varias cosas que quedaron en el tintero, y algunas pueden ser un poco obvias... pero quiero repetir que mi motivación para apoyar a Verdugo en esta "cruzada" es justamente ir tras aquellos a las que la vida no les ha sonreído tanto - en todo sentido.... Yo soy súper agradecido de todo lo que tengo, de la familia que Dios me ha dado, y de las oportunidades que ha puesto en mi camino, siendo una de esas la educación a la que tuve acceso; no agradecerlo sería bastante injusto, pero creo que han entendido lo que quise expresar.

Por último, les puedo asegurar que la alegría que me produce verlos, a cada uno, es enorme - independiente de la historia que pudimos haber tenido juntos en el colegio!


Saludos,

MO

 

Publicar un comentario

<< Home